Tras un parón obligado por la pandemia que tuvo en vilo a todo el planeta hace ya cinco años, la industria aeronáutica ha experimentado un crecimiento exponencial durante los últimos tiempos. Los informes más recientes llevados a cabo por las grandes empresas de aviación prevén un crecimiento sólido en la demanda de nuevos aviones en los próximos 20 años. Estos aviones serán capaces de reducir las emisiones de CO₂ a través de una renovación de la flota y, sobre todo, presenciaremos importantes mejoras tecnológicas y un fomento en el empleo de los materiales compuestos con el objetivo de alcanzar cero emisiones netas en 2050.
En este contexto, algunas de las empresas de fabricación aeronáutica más grandes del mundo, como la brasileña Embraer, están comenzando a tomar medidas para enfrentarse a los grandes desafíos de carácter técnico y logístico que marcarán el sector de la aviación durante las próximas décadas.
Una de las apuestas más ambiciosas de Embraer es la ampliación de su capacidad industrial con el objetivo de producir de 73 a 120 aviones anuales, con el fin de posicionarse como una alternativa sólida al dominio de Airbus y Boeing en el mercado global. En el ámbito de la aviación ejecutiva, Embraer ha dado otro paso muy importante al firmar un contrato con NetJets para la compra de hasta 250 jets Praetor 500 por un valor superior a 5.000 millones de dólares. Este acuerdo marca un hito tanto para Embraer como para NetJets, capaces ahora de ampliar y hacer más atractiva su oferta con aeronaves de mayor alcance y capacidad.
Para adaptarse a esta estrategia de crecimiento, Embraer ha decidido confiar en Olmar, referente en autoclaves para el curado de materiales compuestos/fibra de carbono en el sector aeronáutico a nivel mundial, y trabajar mano a mano en la fabricación de un autoclave de grandes dimensiones adaptado a los estándares de calidad que demanda la industria aeronáutica actual.
Los equipos de Olmar destacan por su sofisticado control de procesos que permite ciclos de curado precisos gracias al desarrollo de un software OCS propio. Esta tecnología es capaz de monitorizar en tiempo real variables críticas como la presión, la temperatura y el vacío que garantizan no solo un curado perfecto de los composites, sino un análisis preciso de los datos después de cada ciclo con el fin de mejorar continuamente los procesos. La apuesta de Olmar por la I+D en materiales avanzados, sumada a su enfoque en eficiencia energética y bajo mantenimiento, consolidan el liderazgo de la empresa en el avance tecnológico en la fabricación de composites para aeronaves de última generación. Como referentes de eficiencia, fiabilidad y adaptabilidad para cualquier tipo de proyecto aeronáutico, Olmar se posiciona como un socio estratégico para la modernización y mejora de los procesos en la producción aeroespacial a nivel mundial.